Un estudio demostró que es peor imaginar el abandono que el hecho en sí. Las personas que terminan sus relaciones no sufren tanto como lo predecían
Pese a los lamentos de lánguidos cantantes de pop y tristes poetas, un grupo de investigadores norteamericanos cree ahora que romper con alguien podría no ser tan duro. "Subestimamos nuestra capacidad para sobrevivir a un desengaño amoroso", dijo Eli Finkel, profesora asistente de psicología en la Universidad Northwestern, cuyo estudio se publicó en la página web del Journal of Experimental Social Psychology. Finkel y su compañero Paul Eastwick estudiaron a jóvenes enamorados -especialmente aquellos que profesan un amor apasionado- para ver si sus predicciones sobre la desolación que sufrirían si perdían a su amado realmente se cumplían. "En promedio, la gente sobreestima la angustia que sufrirá tras una ruptura", dijo Finkel en una entrevista telefónica. El estudio se desarrolló durante nueve meses entre alumnos universitarios que habían estado saliendo al menos durante dos meses con alguien y que rellenaron cuestionarios cada dos semanas. Los investigadores recogieron datos de 26 personas -10 mujeres y 16 hombres- que rompieron con sus parejas durante los seis primeros meses de estudio y compararon la angustia que sufrían en cuatro etapas distintas con la que los mismos enamorados habían previsto dos semanas antes de cortar la relación. Un resultado poco sorprendente fue que la gente más enamorada sufría más la ruptura. "La gente que realmente está más enamorada está un poco más apenada tras una ruptura, pero sus percepciones previas sobre cómo estarían de afligidos están muy por encima si lo comparamos con la realidad", dijo Finkel. "A fin de cuentas, simplemente es menos malo de lo que habías imaginado", concluyó la investigadora.